Al cierre de julio laboraba un total de 5,02 millones de trabajadores en las empresas formales del sector privado, lo que representa poco más del 40% de la masa laboral venezolana. El resto de los trabajadores trabajan para el aparato estatal, tienen cooperativas o laboran por cuenta propia.
SUHELIS TEJERO PUNTES | EL UNIVERSAL
lunes 23 de septiembre de 2013 12:00 AM
Los datos sobre la fuerza de trabajo que maneja el Gobierno indican que la entrada en vigencia del recorte de la jornada laboral no ha sido una gran influencia en la reducción de los niveles de desempleo en el país, indicador que se ha mantenido sin mayores cambios desde que hace cinco meses disminuyera el tiempo semanal de trabajo y se ampliaran a dos los días de descanso de los trabajadores.
En mayo de 2012, justo cuando fue aprobada la Ley Orgánica del Trabajo, Trabajadores y Trabajadoras (LOTTT), el parlamentario que estuvo a cargo de la reforma, Oswaldo Vera, señalaba que estas modificaciones serían positivas para la generación de empleos.
No obstante, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística (INE), la tasa de cesantía se redujo ligeramente en mayo a 6,8% -desde 7,1% que registraba en el mes previo- en un comportamiento estacional bastante típico y, tras unas variaciones muy ligeras, se ha mantenido en ese nivel hasta el mes de julio, cuando se emitió el último dato disponible.
Sector privado sin cambios
Eso a nivel general, en un indicador que mide no solo el comportamiento del sector formal, sino también del informal. Cuando se analiza la cantidad de personas que laboran en el sector privado formal se puede apreciar la misma conducta. En las cifras del INE no aparece un mayor crecimiento entre los meses de abril y julio en el número de trabajadores de las empresas privadas, que pasó de 38,5% a 39% en esos meses, una variación que, según los parámetros del propio instituto gubernamental, revelan una estabilidad estadística.
Al cierre de julio laboraba un total de 5,02 millones de trabajadores en las empresas formales del sector privado, lo que representa poco más del 40% de la masa laboral venezolana. El resto de los trabajadores trabajan para el aparato estatal, tienen cooperativas o laboran por cuenta propia.
Si bien la reforma a la LOTTT se aprobó en mayo del año pasado, no fue sino hasta el 7 de mayo de 2013 cuando se inició la vigencia de la reducción de la jornada laboral, a fin de darle chance a las empresas para ajustarse a los cambios. Con esa modificación el tope laboral pasó de 44 horas semanales hasta 40 horas.
Adicionalmente, se activó el disfrute de dos días consecutivos de descanso para aquellos trabajadores que debieran laborar los fines de semana, como ocurre en los centros de salud, los comercios y los restaurantes, entre otros.
La sombra del ausentismo
Esto tampoco se tradujo en un incentivo para que las empresas contrataran más personal, y más bien provocó un aumento del ausentismo laboral.
Al respecto, sectores como el conformado por las industrias de alimentos han registrado un alza de los niveles de ausencias de trabajadores en el transcurso de este año.
En enero, por ejemplo, fuentes del sector señalaban que el nivel de ausentismo era de alrededor de 12%, pero en agosto oscilaba entre 16 y 20%.
El ausentismo laboral mide las faltas de un trabajador a su puesto, independientemente de que sean justificadas o injustificadas, de manera que la adición de un día libre provoca por sí misma un incremento de ese indicador apenas se comienza a aplicar.
De hecho, las fuentes del sector de alimentos han señalado que el cambio de la jornada laboral ha sido el detonante de peores conductas laborales que incluyen a trabajadores que se ausentan antes de que terminen sus turnos, que se toman los dos días de descanso aun cuando no les corresponden o que faltan sin justificación.
La reforma a la LOTTT ha sido, junto a las quejas por la falta de divisas, uno de los reclamos recurrentes del sector privado a los representantes del Alto Gobierno en las rondas de conversaciones que se llevan a cabo desde mayo de este año.
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